8 de junio – Día Mundial de los Océanos

En este importante día para el Medioambiente, en que queremos conmemorar los océanos como fuente de vida y sustento de la humanidad y de todos los demás organismos de la tierra, les compartimos el la reflexión de nuestro Ex Alumno Francisco Concha Toro, Generación 1994, biólogo marino de la Universidad de Valparaíso y Doctor en Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Connecticut, a quien agradecemos por este aporte para la comunidad escolar.

Un océano de vida

El océano tiene millones de años de edad y como cualquier ente anciano, ha experimentado grandes cambios a lo largo de su existencia y ha sido testigo del paso de la vida y muerte de días, noches, tormentas y especies… Nuestro océano, muchas veces nombrado por secciones, ha sido la cuna de la vida desde “el principio”. Las primeras formas de vida se desarrollaron en el océano, que actuó como medio de cultivo perfecto para que este experimento que es la vida se haya podido llevar a cabo con todas las condiciones necesarias para que una gran variedad de formas orgánicas.

El océano ha sido el proveedor de espacio, tiempo e ingredientes desde el surgimiento de las primeras moléculas que se complementaron para dar origen a otras de mayor tamaño y, subsecuentemente, para dar origen a los primeros microorganismos. El océano permitió que estos microorganismos se diversificaran, que se especializaran, que especiaran y que se esparcieran para alcanzar todos los rincones de la Tierra. Claro… los rincones de la Tierra… El océano fue testigo del momento en que el primer organismo marino probó suerte fuera del agua y decidió dejarlo atrás para comenzar un nuevo estilo de vida, respirando aire… Todo esto no ocurrió de un día para otro, un pez no decidió salir del agua un día cualquiera y se quedó afuera… No. Esto es el producto de millones de años de ensayo, mutaciones, deriva génica y selección natural… Todas estas fuerzas evolutivas van moldeando la vida, y ninguna de ellas moldea al océano.

Desde su surgimiento inicial, sobre el cual todavía no hay consenso, el océano aloja la vida y provee lo necesario para su sustento. Además, condiciona el clima y con ello, la vida en la superficie. Es la principal fuente de oxígeno en el mundo, porque claro… sus microalgas y algas están sobre un territorio que abarca casi tres cuartas partes del mundo… Eso supera con creses la superficie de cualquier bosque mal llamado “pulmón del mundo”. El océano no sólo es el pulmón del mundo, también el útero del que surgió todo lo que hoy se conoce como vivo y el corazón que mueve las fuerzas de la naturaleza en la Tierra.

Si la temperatura del mar sube, y lo está haciendo, hay más evaporación, eso genera más lluvias en algunos lugares y sequías devastadoras en otras… Si la acidez del mar aumenta, mueren arrecifes de corales, que a su vez son el complejo ambiente en el que vive y se refugia una infinidad de formas de vida, tales como peces, crustáceos, equinodermos, moluscos y otros organismos imperceptibles a simple vista… Si el mar se envenena, mueren el plancton, que alimenta a las larvas y juveniles de todo lo que necesitamos que crezca para que otros organismos más grandes puedan sobrevivir. Desde una microalga unicelular, una medusa, una anémona, un cangrejo o un caballito de mar, hasta una ballena azul, el animal más grande que ha existido hasta la fecha, todos dependen del mar. Y bueno, adivinen qué hemos hecho por años con el océano… Saturamos el aire con las emanaciones de nuestros vehículos y maquinarias utilizando combustibles fósiles, cuyo producto es dióxido de carbono… ¿Qué importa? Bueno… El dióxido de carbono aumenta la acidez del mar… Un poco no sería problema, pero son décadas de cargar al mar desde todas sus fronteras con la tierra… ¿El resultado? Acidificación de los océanos… Los combustibles fósiles no sólo acidifican el mar, sino que también han provocado aumento de temperatura y adivinen… Esto tiene consecuencias para los regímenes climáticos en todo el mundo… Habrán escuchado que este fue el invierno más fuerte en 50 años, el año más seco en 50 años, el peor huracán en 50 años, etc… y nos superamos todos los años…

La crisis climática es hoy. En este día del océano los científicos esperamos que las nuevas generaciones vean lo que pasa… lo que no vieron las generaciones anteriores, porque los cambios en el clima antes ocurrían en un tiempo largo que abarcaba más de una vida humana. Sin embargo, la crisis climática de hoy nos ha permitido ver lo que hemos hecho en poco tiempo. Todos los años son lo peor en los últimos 50 años y eso nos debe sacudir. Secamos los ríos, quemamos los bosques, envenenamos el mar, comemos sus productos sin cuestionarnos de dónde vienen o si han sido obtenidos de manera sustentable. Nosotros los humanos somos consumidores, en todo el sentido de la palabra… Tomamos, comemos, ensuciamos y nos vamos a otro lado a seguir… En este caso, no hay otra parte a la que podamos ir. Sólo hay un océano y ha sido tanto lo que hemos hecho que ya no quedan muchos lugares para empezar de cero.

En este día y todos los días, miremos el mar, no sólo en la puesta de sol, no solo cuando las olas chocan con las rocas y nos entrega un espectáculo hipnótico… Miremos al mar, sus productos y nuestra relación con todo eso. De ahí vinimos y es nuestro deber contribuir para que siga siendo el gran caldo de la vida por excelencia. Chile es un país costero, el mar es parte de nuestro hogar, y como tal, debemos hacer lo que sea para protegerlo. ¡Podemos hacerlo!

Francisco Concha Toro

Ex alumno Generación 1994

Biólogo Marino, Universidad de Valparaíso, 2004

Doctorado en Ecología y Biología Evolutiva, Universidad de Connecticut

Biología de condrictios

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